El Día Internacional de Té se celebra desde el año 2005 en la mayoría de países productores del mismo. La intención de esta celebración es dar a conocer al resto del mundo (gobiernos y ciudadanos) el impacto que el comercio del té produce sobre trabajadores, propietarios de pequeñas plantaciones y consumidores. Este día se instauró después de llegar a un acuerdo entre organizaciones internacionales y asociaciones de comercio en el World Social Forum (celebrado en Mumbai en 2004 y en Port Allegre en 2005). Se celebraba en países como Bangladés, Nepal, Indonesia, Sri Lanka, Malawi, Uganda, India, Vietnam, Malasia, Tanzania o India. Ahora ya se ha reconocido a nivel mundial y son muchos los países que se han unido a la celebración.
Bajo la supervisión de la OMC (Organización Mundial del Comercio) se espera que los países abran sus fronteras al comercio internacional. Por ejemplo, India ha hecho cambios políticos con el fin de facilitar y mejorar el comercio externo. A causa de estos cambios, las grandes marcas han encontrado una oportunidad para «saltarse» leyes creadas por los gobiernos que protegían los intereses de la industria, el empleo y la seguridad alimentaria. Ahora nos encontramos que no hay un acuerdo internacional que salvaguarde los derechos de los más «débiles».
Surge así un problema global que requiere una respuesta global (que no entienda de fronteras y sectores). Con el Día Internacional de Té se quiere hacer hincapié en la extrema vulnerabilidad de pequeños productores y trabajadores, que son incapaces de hacer frente a las exigencias de los «grandes comerciantes» y no tienen la posibilidad de cambiar la situación en la que se encuentran. Se quiere hacer ver a los gobiernos que son necesarias ciertas «leyes» que protejan a los más desfavorecidos dentro de un mercado cada día más global. Se necesita un cambio, y éste puede empezar por el final de la cadena, es decir, partiendo de un consumidor concienciado.
¿Por qué es necesario el Día Internacional del Té?
El precio del té está disminuyendo en los países productores, donde las marcas globales provocan una sobreproducción y así consiguen mejores precios y mayores beneficios. La industria del té está sufriendo una reestructuración a nivel mundial. Desaparecen pequeñas plantaciones y se unifican bajo el control de grandes marcas. La falta de transparencia en el precio se observa a lo largo de la cadena productor-consumidor. Se pagan precios elevados al final de la cadena y sin embargo el extremo productor apenas puede sobrevivir.
Los estados y las agencias internacionales encargadas de intervenir y regular estas injusticias cada día actúan menos o desaparecen. La concentración de poder de las grandes marcas y supermercados da paso a la desaparición de los mercados nacionales de té, creando confrontaciones entre países productores e incluso entre regiones de un mismo estado. A consecuencia de todo esto, crece la vulnerabilidad de los trabajadores y pequeños productores en todos los países. En India, más de dos millones de personas obtienen su sustento trabajando en el mundo del té.
Los objetivos del Día Internacional del Té
- Ofrecer y afianzar los derechos de trabajadores y pequeños productores dentro de un mercado global emergente.
- Crear conciencia y capacidad de respuesta entre todos los organismos que conforman este mercado: propietarios, explotadores, gobiernos, sindicatos y trabajadores en relación con el comercio y las normas laborales.
- Identificar decisiones políticas necesarias tanto a nivel nacional e internacional y abogar por la promulgación de estas decisiones, institucionales y su aplicación.
- Sugerir mecanismos de regulación, incluyendo sistemas de control transparentes, que deben crearse en los distintos niveles.
- Promocionar el consumo de té y su comercio.
A tener en cuenta
- La producción y el procesamiento del té son una importante fuente de sustento para millones de familias, muchas de ellas en países en vías de desarrollo.
- La industria del té mueve muchísimo dinero y por ello tiene la capacidad de respaldar economías y contribuir a crear y mejorar sistemas alimentarios sostenibles.
- Los ingresos por la exportación de té financian facturas de importación de alimentos, apoyando las economías de los países productores de té.
- El té contribuye enormemente al desarrollo socioeconómico de familias pobres de todo el mundo.
- El cambio climático está afectando a las condiciones y los entornos agroecológicos donde se cultiva el té, zonas específicas con condiciones climatológicas muy concretas y sensibles.
- Con nuestro apoyo los pequeños productores de té podrán fortalecer y mejorar sus sistemas productivos y su entorno, y superar los desafíos a los que se enfrentan.
- La cadena de valor del té debe ser eficiente y sostenible en todas las etapas, desde el campo hasta la taza, así podrán garantizarse beneficios tanto para las personas como para el medio ambiente.
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