Siempre hemos creído que las artes son buenas compañeras de lo tés. No hay nada más agradable que tomar un té escuchando con detalle aquel viejo vinilo, con sus inconfundibles y apenas perceptibles chasquidos; tomar un té devorando letras impresas aún en papel o sumergiéndonos en las imágenes descoloridas de grandes películas del siglo pasado…
Por ello creemos que es una buena idea alentar a la gente, animarla, para que, ya sea bien a mano y con pluma, bien a máquina metálica, con teclado de plástico o directamente en la pantalla, letra tras letra, plasmen ideas, pensamientos o sueños y los compartan con todos nosotros. ¿Te animas?